Antes de dormir…
El ritmo de vida que llevamos, el trabajo, los hijos… y la gran cantidad de actividades que realizamos día a día, no permite que nos detengamos a disfrutar las cosas agradables que suceden.
Para que no pasen de largo, toma unos minutos antes de dormir, cierra los ojos y repasa mentalmente el día, buscando las cosas, situaciones, lugares, personas, alimentos… que te resultaron agradables. No tienen que ser grandes acontecimientos, puede ser que te resultará agradable ver el sol, sentir el viento frío en tu cara, recibir un beso, el olor a café, el café caliente cuando hace frío, oler tu perfume favorito, conocer a alguien, caminar, besar, hacer un buen trabajo, recordar viejos tiempos…
Empieza a buscar esas sensaciones agradables. Recuerda, visualiza, saborea, siente…
Suena el despertador…, la ducha…, el desayuno, saborea de nuevo el café, busca lo que fue agradable y disfrútalo ahora, sin prisas…, las 10, las 11, las 12…, la comida…, por la tarde… las 5, las 6…, la cena…
Buenas noches.