PSICÓPATAS. DEL MITO DEL CINE A LA REALIDAD SOCIAL

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La personalidad psicopática está mitificada y mal entendida en general por nuestra sociedad, y el mantenimiento del mito mantiene a millones de personas en riesgo de sufrir el abuso, la depredación y la destrucción psicológica, emocional y física de millones de personas.

La sociedad en general entiende que las personalidades psicopáticas están limitadas al ámbito penitenciario y delictivo. Sin embargo, la realidad no es tal. 

El estudio de la del Departamento de Personalidad de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid “Prevalence of Psychopathy in the General Adult Population: A Systematic Review and Meta-Analysis”  concluye que la prevalencia de la psicopatía en la población general adulta se puede estimar en 4,5%. Si bien hay psicópatas en la población penitenciaria, hay una tasa nada desdeñable de psicópatas en la población general. 

En este sentido es importante saber que la comisión de un delito o el haber ingresado en prisión no define una personalidad psicopática, si no una serie de rasgos que se manifiestan en un patrón estable en la forma de percibir, sentir y comportarse en el mundo. De forma que podemos encontrar los mismos patrones en personas con las que nos relacionamos diariamente hayan o no entrado en prisión.

Es importante señalar que la psicopatía no es una enfermedad, aunque, dentro del DSM-5 los rasgos y conductas características encuadran en el Trastorno de personalidad antisocial. El concepto de enfermedad como experiencia de sufrimiento que me daña y que quiero cambiar, no es así para las personalidades con estos rasgos. Las personalidades psicopáticas tienen total conciencia de sus acciones, intenciones y del daño que provocan, pero no observan que haya algo malo en ello, ni algo que le genere el mínimo sufrimiento,  más bien beneficios, por lo que no tiene sentido para ellos que lo quieran cambiar. Por lo que en caso de encontrar alguno, lo mejor que puedes hacer es lo que recomendaba Robert Hare; “Si tienes un psicópata en tu vida, no te detengas, corre”.

Ahora que sabes que estas personalidades están en nuestra sociedad, son padres, madres, hermanos, amigos, parejas… y que producen daño y destrucción, una de las formas de protegerse del daño que generan es identificarlos para poder alejarse de ell@s y de su círculo de influencia. 

No es muy alentador, pero es en principio difícil reconocer estas personalidades, ya que se camuflan con tremenda facilidad, son lo que los demás queremos que sean y cambian el camuflaje en su beneficio de un minuto al siguiente con una facilidad pasmosa. El mantenerse camuflados es fundamental para su supervivencia, ya que viven habitualmente de forma parasitaria, y si descubrieras la realidad de sus acciones e intenciones no le dejarías ni un minuto en tu vida. Es por esta capacidad de camuflarse que se les denomina “psicopatas encubiertos”.  El camuflaje, las máscaras, el show les permiten seguir depredando con sus insidiosas conductas. Es la ausencia de empatía, remordimientos, conciencia moral, lo que les permite simular, mentir, estafar y manipular a las personas en su propio beneficio sin hacerse el más mínimo cuestionamiento. 

No es en absoluto recomendable dedicarte a identificar psicópatas, conducta muy habitual en las personas que han sido víctimas y que solo pretenden protegerse de recibir de nuevo el daño recibido por el insidioso abuso. Sin embargo, aprender a identificar las conductas dañinas, aprender a poner límites para no permitir en tu vida estas conductas vengan de un psicópata, un narcisista o el/la más sant@ y buen@ que puedas imaginar.

Del mito del cine a la realidad, la realidad de miles de personas totalmente destruidas (socialmente, económicamente, psicológica, emocional y físicamente) tras una relación con alguno de ell@s. Y algunas de ellas sin aún descubrir la causa de tal destrucción, otras están siendo depredadas sin saberlo. Y las víctimas de estas y otras personalidades que exhiben conductas insidiosas, son las víctimas más incomprendidas, más olvidadas, más culpabilizadas que sufren una y otra vez la revictimización por una sociedad inocente y manipulada. 

Has de saber que por grande que sea la destrucción contamos con tratamientos especializados eficaces para las víctimas. Que las víctimas tienen la capacidad de recuperarse, cambiar sus vidas, y brillar incluso con más luz  de la que brillaban antes de pasar por esta experiencia. 

El conocimiento es poder y espero que este post haga más poderos@.

Cuando nuestras relaciones nos enferman II. Aprender a amarte.

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Retomo mi actividad en el blog escribiéndoos sobre el amor, el amor que aplica a cualquier tipo de relaciones, padres, hijos, hermanos, pareja, amigos. Y es que hay relaciones en las que uno perdona lo imperdonable, aguanta lo inaguantable, acepta lo inaceptable y lo peor de todo justifica lo injustificable. En cada perdón, en cada esfuerzo por hacer algo más porque esa relación funcione, para que esa persona cambie, hay una gota de esperanza, una batalla interna entre amarse así misma y amar al otro, en la que siempre gana el amar al otro. Pero cada batalla le destruye un poco, quedando cada vez más aislado, devastado y extenuado por el esfuerzo constante. En este punto esta persona necesita amarse. 

Algunas personas continuaran en estas batallas durante toda su vida por la culpa, la vergüenza, el miedo, por salvar, ayudar, proteger a otros, o por la idea de que no merecen ser amadas, y mucho menos amarse. Otras no son conscientes de que mantienen esas batallas, pero sufren síntomas de ansiedad, depresivos crónicos, así como manifestaciones somáticas de los daños producidos por las batallas. Otras están decididas a salir de estas las batallas pero no saben como hacerlo, ya que esta suele ser una de las decisiones más difíciles y con mayores consecuencias personales en la vida de una persona. Otras dejaran de amar por evitar los daños de estas batallas, otras tomarán la decisión más difícil de la que se llevaran todo el amor que tienen, y aprenderán la lección más importante; Amarse implica no amar a personas que no te permiten amarlas sin dejar de amarte.

Aprende a conocerte, aceptarte, respetarte y amarte, tanto como amas y respetas a otros, dejando por fin atrás batallas que no te corresponde luchar.

Psicóloga Carmen Martín

Resilencia, el mito del ave fénix

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El mito del ave fénix; una capacidad humana descrita en una leyenda de dioses.

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Cuando te enfrentas las situaciones más adversas, la realidad se muestra tal como es, aunque te niegas a verla, llegan los días en que reconoces tu alma desgarrada, inmers@ en el dolor, la ira, la tristeza, la frustración y el miedo más intensos. Si aprovechas el poder de tus emociones puedes provocar un proceso transformador en el que comienzas a observar con mayor claridad la realidad, tus debilidades y fortalezas. La realidad seguirá siendo la misma, pero tú forma de enfrentarte a ella habrá cambiado, habrás adquirido un nuevo aprendizaje, conectarás con tu esencia, tu energía brotará serena, fuerte. Saldrás fortalecido y preparado para nuevas experiencias.
La capacidad de salir fortalecid@ de situaciones traumáticas o agentes perturbadores es lo que llamamos resiliencia y en la mitología podemos observar este proceso en la leyenda del Ave Fénix que renace de sus cenizas.
Depende de cada persona lo que suceda a partir de una experiencia traumática, porque aunque la caída es inevitable, tenemos la opción de quedarnos derrumbados o resurgir cual ave Fénix
Ante una experiencia traumática siempre es inestimable el apoyo de las personas que permanecen a tu lado y la de un profesional, un psicólog@ que te ayudará, si es tu opción, a salir fortalecido y seguir adelante con tus alas bien abiertas.

Psicóloga Carmen Martín

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4 cosas que haces cuando te sientes insegur@ y que te mantienen en la inseguridad.

Cualquier persona ha experimentado alguna vez “una sensación de inseguridad”, y como respondemos puede facilitar la generalización a diversas situaciones, hasta el punto de no estar seguro de nada y en ningún sitio. Cuanto más generalizada y frecuente es esta más importante y urgente aprender a “tener seguridad”.

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Veamos 4 de las cosas que hacemos cuando “nos sentimos inseguros”, que nos mantienen en inseguridad y que tienen otras consecuencias.

  1. Ocultarte, huir, escapar, evitar. Evitar las situaciones en las que la inseguridad aparece, si es una situación en que sabes que es muy probable que aparezca esta inseguridad directamente la evitas de cualquier forma, no vas a estar presente en ella. Y si es una situación imprevisible o que observas inevitable, tiendes a esconderte, pretendes hacerte casi invisible, aunque sea escapando de las miradas, o si esto se pone muy complicado, te marchas. Cuando esta forma de responder se generaliza, no solo se mantiene inseguridad, sino que te va limitando las situaciones en las que te “sientes seguro”, y en casos más graves conllevar un aislamiento social.
  2. Buscar aprobación, consejo. No estás seguro, entonces preguntas, cualquier respuesta es más válida que la propia. Aquí, la inseguridad también se mantiene, y como consecuencias adicionales tenemos cada vez más dificultad para tomar decisiones y pérdida de independencia.
  3. Aparentar seguridad mediante el uso de objetos materiales. Estas cosas materiales, pueden ser de cualquier tipo, ropa, coches, maquillaje, algo material que puedes adquirir y que crees que trasmiten seguridad. Aquí la seguridad esta en los objetos, y depende de la capacidad de tener y mostrar, o demostrar. Te resulta perturbador cuando las conversaciones no versan sobre tus objetos, o no se están dando cuenta.  La seguridad se ha puesto en objetos materiales, que pierden su valor por no estar de moda, por ejemplo. Consecuencias, la inseguridad se mantiene, y lo que lleva a una compra y exhibición compulsiva de objetos, y un posible rechazo por parte de otros, ya que, a medio y largo plazo, esto aburre.
  4. Mostrarte agresiv@. Grito, insulto, y digo lo que lo demás tienen que hacer. Esto esta basado en la falaz creencia de que las personas agresivas son seguras de sí mismas. Si los demás hacen lo que yo digo, me dan la razón, me siento seguro. En este caso la seguridad esta en los otros, en función de lo que hagan/digan me siento insegur@.

Si haces alguna de estas cosas cuando te “sientes insegur@”, estás experimentando ansiedad y la autoestima y la ansiedad están ligadas a esa “sensación de inseguridad”. Aunque existen tratamientos farmacológicos sintomáticos para la ansiedad, no los hay para la seguridad en uno mismo, ni para la autoestima, pero si existen tratamientos psicológicos, que te ayudarán a conocer el origen y mantenimiento de tu inseguridad, conocerte mejor, y saber que hacer para ganar seguridad en ti mism@.

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Cuando nuestras relaciones nos enferman I. Hijos

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Los hijos, aunque se dice que son fuente de satisfacción son, también, una fuente de preocupación para los padres, e incluso de fuertes disgustos, sorprendiéndonos a veces con cosas que jamás hubiéramos podido imaginar.

Especialmente, en determinadas etapas a los padres se les hace más que difícil mantener interacciones con los hijos que no conlleven conflictos y que se alargan en el tiempo aumentando una distancia emocional y física, que parece imposible salvar. En consecuencia, ante una situación difícil y emocionalmente tan intensa, no es extraño que los padres sufran un daño emocional y acudan a consulta por trastornos de ansiedad y/o depresivos, en relación por los comportamientos de sus hijos y de la relación que mantienen con ellos.

Alguna información y recomendaciones pueden ayudarnos a manejar estas situaciones. Si bien, dada la complejidad y la idiosincrasia de las personas y las relaciones, no hay consejos o recomendaciones que sirvan para todos, quizá te aporte nuevas formas de enfrentarlos.

Darles libertad en las decisiones y acciones permitiendo que reciban los efectos de las consecuencias de esta libertad, le hará crecer y evolucionar tal como ellos son, no como nosotros lo hemos hecho. Observar que nuestros hijos, son nuestros hijos, pero no son nosotros. No tendrán nuestros problemas, no aprenderán de nuestros errores, por mucho que nos empeñemos, no, no lo harán. Nuestros hijos, no son nosotros, puede que se parezcan a nosotros, por la carga genética tienen características similares, pero, aunque se parezcan, la combinación genética ya desde que nacen les hace personas únicas y diferentes a sus padres, sus padres son diferentes a los padres de sus padres, su entorno físico y social es diferente, sus experiencias son diferentes… Genéticamente parecidos o no (como es el caso niños adoptados). Nuestros hijos son personas únicas. Y desde esta perspectiva, nuestros hijos son los que más acertados estarán en decidir lo mejor para ellos, aunque se equivoquen, y para nosotros sea más que evidente que no lo es.

Dentro del marco de la libertad, establecer límites basados en valores, no en razones, con claras consecuencias aplicables de forma contingente y firme cuando estos límites se mantienen y se rebasan, aunque esto muchas veces resulte doloroso.

Uno de los asuntos complejos y por definir se encuentra en donde poner los límites de esta libertad, y como establecerlos.

Sobre la base donde se establecen los límites, un par de ejemplos pueden aclarar este punto; Un ejemplo de límite basado en valores sería “Para estar más tranquilo” y, un ejemplo de un límite basado en razones sería: “Porque soy tu padre”

Una aceptación/amor incondicional. Trasmitir que estas y le quieres, y que seguirá siendo valioso, aunque se equivoque. Esto es acompañar en sus alegrías, en sus penas, en sus éxitos, y en sus fracasos. Acompañar; NO es hacer de escudo para evitarle los “golpes” de su libertad.

Hacer más, que decir. Tantas explicaciones no son útiles, a veces no nos escuchan y otras, no nos entienden. Los padres somos un modelo para nuestros hijos. Desde su infancia les identificamos, les identifican y se identifican con nosotros (es como su padre, es como yo…).  Y aprenden de lo que hacemos, más que de lo que decimos. Están constantemente observándonos. Importante, y no menos difícil, en este punto es mantener cierta coherencia, entre lo que decimos, lo que hacemos y lo que pedimos. Por ejemplo, si le dices, no tienes que fumar porque es malo, (y tú eres fumador) es previsible poca eficacia.

Soy consciente de que cada una de estas recomendaciones requiere más desarrollo, de la complejidad de la aplicación y de las dificultades de su puesta en practica, pero también de que te pueden ser útiles como guía.

Al fin y al cabo, los padres no siempre hacen lo que se espera de ellos, ni los hijos tampoco (lo observo como madre y como hija), y algunas circunstancias tienen importantes consecuencias emocionales en las que se hace más que recomendable acudir a un psicólogo como una opción que no solo te ayudara a recuperar un estado emocional saludable, sino que además te ayudará a adquirir nuevas estrategias que te permitan resolver ese conflicto con los mayores beneficios para todos.

Psicóloga Carmen Martín        Testimonios           La consulta

 

 

 

 

La situación de emergencia provoca un incremento de la ansiedad y afecta al estado de ánimo. Recomendaciones para mantener un estado emocional saludable

En la situación que estamos viviendo, y con las medidas de confinamiento, es bastante probable, normal, e incluso sano, que hayas o estés experimentado más ansiedad y cambios en tu estado de ánimo. Esta situación es una situación nueva y excepcional para varias generaciones, y como respuesta funcional y sana ante este tipo de situaciones nuestro organismo se activa para que nuestras conductas sean más eficaces al afrontar esta situación nueva. Esta activación es eficaz para que respondamos a los cambios que suponen un incremento de la percepción del riesgo a nuestra supervivencia y las consecuencias que estos cambios están teniendo a nivel social y económico. En este contexto aumenta la percepción de incertidumbre, y puedes haberte empezado a preocupar tu salud, la de tus seres queridos, porque que pasará con tu trabajo, con la vida de tus familiares, imaginando quizá, los peores escenarios en el futuro lo que tiene como consecuencia un incremento de la ansiedad. Además, como consecuencia de las medidas de aislamiento y confinamiento, hemos dejado de hacer cosas, abandonado hábitos que nos proveían de refuerzos y que actualmente hemos dejado de recibir y que tienen también parte de responsabilidad en la afectación a nuestro estado de ánimo.

Bien, hasta este último punto, esto es normal y saludable. Estos cambios emocionales nos llevan en su modo funcional a desarrollar conductas para adaptarnos a los cambios. Ahora bien, si las conductas que desarrollamos mantienen y/o e incrementan la ansiedad y la afectación al estado de ánimo, casi todo el día y día tras día, experimentando cada vez un mayor sufrimiento y nos dificulta el funcionamiento cotidiano. Te recomiendo que valores seriamente la ayuda profesional. También si tienes dudas en si estas en un punto o en otro.

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El objetivo de este post, es por un lado informar de nuestros procesos emocionales naturales y saludables, y promover que el estado emocional se mantenga en los márgenes saludables, y por eso te quiero recomendar algunas cosas que puedes hacer

  1. Acepta que en esta situación es normal que experimentes ansiedad, tristeza, frustración e ira. De hecho, si en una situación en la que estamos perdiendo miles y miles de personas, y en la que se están produciendo importantes cambios sociales y económicos, no surgen emociones, o eres una piedra, o algo falla ahí dentro.
  2. Cuida tu aspecto, aféitate, maquíllate, péinate y vístete… No como si fueras a una boda. Utiliza el pijama y la cama solo para dormir.
  3. Mantén los ciclos de sueño y vigilia que mantenías antes del confinamiento.
  4. Mantén e incluso incrementa los tiempos dedicados a la higiene personal, y autocuidado.
  5. Retoma aficiones que abandonaste con el paso de los años o aquello que por falta de tiempo no llegaste a hacer.
  6. Aprende algo nuevo. Hay clases de casi cualquier cosa en formato online.
  7. Busca nuevas metas para tu vida. ¿Qué cosas te gustaría haber conseguido cuando seas mayor? (Ojo, actualmente con 65, aún no somos mayores). Sueña y planifica como lo podrías conseguir.
  8. No dediques demasiado tiempo a actividades de ocio, si pasas todo el día ocioso, lo que es un refuerzo dejará de serlo, (y no estamos para perder más de estos, que se han quedado por ahí bastantes en este cambio). Terminarás aburriéndote del ocio, y la afectación del estado de ánimo será más difícil de recuperar.
  9. Mantén tus relaciones y encuentros con familiares, amigos y compañeros de trabajo.
  10. Establece rutinas. Cambia horarios, retrasa, adelanta, ve probando hasta que encuentres la óptima para ti. Mantén las que ya tenías y que puedas adaptar a la nueva situación, y crea nuevas, que sustituyan a las que no vas a adaptar. Incluye los puntos anteriores dentro de tus rutinas diarias/semanales. Esto es más difícil de lo que parece, y requiere de automotivación y autodisciplina, si tienes dificultades porque piensas que te falta automotivación y disciplina, quizá puede ser algo a conseguir en esta fase de tu vida. Te ayudará premiarte al final del día por haber cumplido con tu rutina, con un dulce especial, por ejemplo, pero este premio permítetelo exclusivamente cuando hayas cumplido con tus rutinas.

Estas son algunas recomendaciones para las personas que se encuentran en casa, siguiendo las medidas de confinamiento, sanas o con síntomas leves.

Otras pautas, cuidados y ayuda profesional adicionales requieren las personas que tengan un familiar enfermo ingresado, o las que hayan perdido a un ser querido, personal de residencias de ancianos, personas con antecedentes de trastornos de ansiedad y atención psicológica inmediata a los profesionales sanitarios en primera línea de atención a los afectados por Covid19.

Cuídate.

Psicóloga Carmen Martín        Testimonios           La consulta

1 recomendación y 2 ejercicios de autocuidado para profesionales sanitarios en primera línea de atención al COVID-19

La rápida y exponencial propagación del COVID -19 esta produciendo una importante congestión y colapso de la atención sanitaria en España, en consecuencia, nuestros médicos y el resto de profesionales sanitarios en primera línea están sufriendo cambios en sus condiciones de trabajo, que a pesar del esfuerzo y las horas extraordinarias que dedican, no consiguen resolver del todo, y les esta llevando a estar y sentirse desbordados.

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No olvidemos, que nuestros médicos son humanos, y como humanos responden. Cuando nuestro organismo se encuentra en una situación en la que se elevan de forma significativa las demandas del entorno, pone en marcha una respuesta de activación para resolver la demanda. Esto es una respuesta que llamamos estrés, y que es muy eficaz para enfrentar situaciones de aumento de demanda de nuestros recursos que consigue responder de la forma más optima resolviendo la demanda. Pero, cuando esta situación de sobre demanda es mantenida en el tiempo, hace que esa respuesta de activación se mantenga también. Las consecuencias del mantenimiento de un estado de alerta/estrés tiene consecuencias; una es la perdida de eficacia en la respuesta a la demanda, y lo peor, que a medio y largo plazo puede producir un colapso en el organismo que puede ser manifestado con síntomas físicos y/o psicológicos, que deriven en trastornos psicológicos que limiten a la persona y en último término llevarán de una forma u otra a la paralización de la respuesta de activación para la supervivencia de este organismo. Y esto es una de las cosas que les están ocurriendo a nuestros médicos. Nuestros médicos quieren salvar vidas, y las demandas para salvar vidas a las que se enfrentan en la situación actual son superiores a sus recursos, y se ven limitados en sus respuestas, pero siguen haciendo esfuerzos para conseguirlo, y siguen con esa activación intentando dar respuesta a las elevadas demandas, lo que les esta llevando a mantener el estrés en el tiempo, y en algunos casos empiezan a experimentar síntomas físicos y/o psicológicos en consecuencia.

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Pretendo dar una pauta y dos ejercicios, y quizá, como profesional sanitario inmerso en esta situación vayas a observar que las recomendaciones que voy a dar a continuación, no las puedes aplicar en la situación actual, pero tienes la capacidad de encontrar la forma. Porque es mejor que atiendas a 50 pacientes con un adecuado rendimiento, que, que atiendas a 1000 pacientes con un estrés elevado y observando disminuida tu eficacia y rendimiento (por ejemplo: Por dificultades en la atención y concentración), y por supuesto es, mucho mejor que no atender a ninguno porque has llegado al punto de colapso. “Cuídate para cuidar, y seguir dando lo máximo”.

La recomendación es mantener tus rutinas de alimentación, de sueño y descansa.

Y los dos siguientes ejercicios tienen el objetivo para facilitar que el descanso, aunque sea poco, sea reparador, y disminuir la probabilidad de colapso.

  1. Descansa el cuerpo. Cuando nuestro organismo esta mucho tiempo de forma mantenida activado, le cuesta parar y esto dificulta que disfrutemos de un descanso reparador. Puede que, en periodos de descanso, por ejemplo, en casa tumbad@, observas una elevada activación fisiológica (ya sabes, el corazón late fuerte y rápido, sensación de ahogo, temblor de manos…), permitela, obsérvala, y espera, va a parar, ayuda a reducirla haciendo tu respiración profunda (llevando el aire al abdomen) y lenta (manteniendo unos segundos el aire tras inspirar, y unos segundos tras expirar con pulmones vacíos), mejor cuanto más profunda y más lenta. Aunque no percibas esta activación, realiza esta respiración en tus momentos de descanso. También puedes hacerlo en medio de tu jornada durante unos minutos, cuando te veas desbordado y que te parece que no puedes ya más.
  2. Descansa la mente. Periodos para desconectar la mente. Pon tu mente en blanco. Esto al principio resulta difícil, pero con practica conseguirás hacerlo en cualquier momento y lugar. Cierra los ojos, y visualiza que estas frente a una pared inmensa pared blanca, visualiza que esa pared no tiene limites que tu puedas ver. Repite mentalmente pared blanca, mente en blanco. Muy probablemente tu mente se irá de ahí, permítelo y cuando te des cuenta, empieza de nuevo a visualizar que te encuentras de nuevo frente a esa inmensa pared blanca y repite mentalmente.

Realiza ejercicios en cualquier momento y lugar, juntos o separados.

Recuerda, te cuidas para cuidar y seguir dando lo máximo. Te necesitamos, y necesitamos que te cuides para que puedas seguir, como hasta ahora, salvando vidas.

Y para todos lo que quieran ayudar a nuestros médicos y profesionales sanitarios, quedarnos en casa, es la mejor opción actualmente para la contención del COVID-19, y la consecuente descongestión del colapso que esta sufriendo el sistema sanitario en España. Y hacer cosas para facilitar o promover que las personas que nos ayudan y nos facilitan los servicios básicos (personal sanitario, cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, y personal que trabaja en el sector de alimentación), tengan los medios de protección individual adecuados y suficientes, además de facilitarles el trabajo al que se enfrentan.

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La era de la felicidad y el bienestar, nos lleva a enfermar emocionalmente.

Estamos en la era de la felicidad y el bienestar y es paradójico que la tasa de prevalencia de los trastornos de ansiedad y depresivos cada año aumenta.  Y es que no esta bien visto experimentar nerviosismo, miedo o tristeza, lo que lleva a muchas personas a ocultar, e incluso querer evitar sentir estas, y esto es una de las cosas que nos llevan a enfermar emocionalmente.

Acepta el miedo y la tristeza, como aceptas la alegría, porque todas la emociones son necesarias para tu supervivencia, y pretender evitarlas, no expresarlas, no sentirlas, nos lleva a enfermar.

Al contrario de lo que parece, la experimentación y expresión de todas y cada una de nuestras emociones nos ayuda a vivir más plena y felizmente.

Así que, déjame llorar si me siento triste.

Psicóloga Carmen Martín        Testimonios           La consulta

Y si te parezco fea ¿Qué?

Cuando quieras, y estés preparada, dejaras de engañarte, dejarás culpar a la sociedad por definir lo que es la belleza y dejarte como fea, dejarás de pretender encajar en esos cánones que algún día compraste. Te darás cuenta de que fuiste tú quien adquirió aquella idea de belleza, de que te aferraste tanto a ella que la hiciste tuya, la tomaste como un guía tirano de tu vida y con ella empezaste a definirte, a esconderte, escondiéndote tras el maquillaje, los filtros, las apariencias… Sin permitirte ser, ni parecer.

Cuando quieras, cuando estés dispuesta, cuando estés preparada, será entonces, y solo entonces, cuando desterrarás al tirano, te permitirás ser y parecer lo que sea que parezcas, saldrás a la calle sin esconderte, sin maquillar, sin aparentar… Entenderás que otros puedan verte fea, y permitirás que sigan aferrados a su idea.

Entonces, y solo entonces, empezarás a descubrir lo que para ti es realmente hermoso, empezarás a disfrutarlo y amarlo en ti y en otros.

Cuando quieras, cuando estés dispuesta, cuando estés preparada.

Psicóloga Carmen Martín        Testimonios           La consulta

Ni volver, ni olvidar

Vivimos experiencias desoladoras en nuestras vidas, experiencias que no podemos cambiar, y ni siquiera conviene borrar, aunque es lo que más desees. No tenemos la capacidad de retroceder en el tiempo y hacer otra cosa. Así que, sin olvidar la experiencia, comenzamos donde estamos para cambiar el final.

Psicóloga Carmen Martín        Testimonios           La consulta

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